23 Oct 2014 Darío Regoyos en el Bellas Artes
Preciosa visita a esta magnifica exposición de Darío Regoyos en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Darío de Regoyos (Ribadesella, Asturias, 1 de noviembre de 1857 – Barcelona, 29 de octubre de 1913). Se cumplen cien años desde la muerte de este pintor asturiano. En este retrato que le realizó Daniel Vázquez Díaz, se aprecia el rostro de un hombre sencillo y afable, un hombre muy sociable que contaba con una gran popularidad en los ambientes artísticos europeos de finales del siglo XIX.
Era curioso, extrovertido, alegre, simpático, polifacético, sociable… y familiar. Un grupo de nuestras Asociadas, hemos acudido a disfrutar del homenaje que El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha realizado con la exposición.
La aventura impresionista de Dario Regoyos, que reúne 150 obras suyas, entre óleos, pasteles, acuarelas, dibujos y grabados. Es una exposición interesantísima. Pero es tan extensa, que varias Asociadas hemos dicho que queremos volver otro día. Regoyos nació en Asturias, vivió su niñez y adolescencia en Madrid, Entró en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1878.
En la capital belga residió diez años, donde se matriculó en el École Royale des Beaux-Arts. Viajó por media Europa, pero la realidad es que, al final, siempre volvió una y otra vez al País Vasco. Disfrutó y amó los paisajes vascos, grandes protagonistas de sus cuadros. San Sebastián tuvo un papel muy importante en su obra. Allí se casó, nacieron sus hijos…
Cuando empezó a pintar Darío de Regoyos el paisaje era un género menor, despreciado por los que creían que lo importante en un cuadro era el dibujo y no el tema, las nubes, las montañas y los personajes. Fue un adelantado de su época, un rebelde, trabajó a contracorriente de las tendencias dominantes en el arte español. Obsesionado por los paisajes, trabajaba directamente del natural, con rapidez y sin bocetos previos, y por ello en su obra abundan los formatos pequeños y medianos, fáciles de transportar.
Con un estilo puntillista, sus pinceladas dibujaron numerosos paisajes de Euskadi. Fue una época en la que el artista contribuyó a la modernización de la pintura vasca en pleno cambio de siglo. Regoyos murió en Barcelona el 29 de octubre de 1913 aquejado de un cáncer.
Como anécdota, en Bilbao, en una entrada al Parque por la Gran Vía, hay un Parterre dedicado a Darío Regoyos.